La sonda Voyager 2 de la NASA ha entrado en el espacio interestelar
Por segunda vez en la historia, un objeto hecho por el ser humano ha alcanzado el espacio entre las estrellas. La sonda Voyager 2 de la NASA ahora ha salido de la heliosfera, la burbuja protectora de las partĆculas y los campos magnĆ©ticos creados por el Sol.
Los miembros del equipo Voyager de la NASA informaron los hallazgos en una conferencia de prensa el 10 de diciembre en la reuniĆ³n de la American Geophysical Union (AGU) en Washington. La conferencia de prensa se transmitiĆ³ en vivo en el sitio web de la agencia.
Al comparar los datos de diferentes instrumentos a bordo de la innovadora nave espacial, los cientĆficos de la misiĆ³n determinaron que la sonda cruzĆ³ el borde exterior de la heliosfera el 5 de noviembre. Este lĆmite, llamado heliopausa, es donde el viento solar caliente y tenue se encuentra con el medio interestelar frĆo y denso. Su gemela, la Voyager 1 , cruzĆ³ este lĆmite en 2012, pero la Voyager 2 lleva un instrumento de trabajo que proporcionarĆ” observaciones Ćŗnicas de la naturaleza de esta puerta de entrada al espacio interestelar.
El Voyager 2 ahora estĆ” a un poco mĆ”s de 11 mil millones de millas (18 mil millones de kilĆ³metros) de la Tierra. Los operadores de la misiĆ³n aĆŗn pueden comunicarse con la Voyager 2 cuando ingresa a esta nueva fase de su viaje, pero la informaciĆ³n, que se mueve a la velocidad de la luz, toma aproximadamente 16,5 horas para viajar desde la nave a la Tierra. En comparaciĆ³n, la luz que viaja desde el Sol tarda unos ocho minutos en llegar a la Tierra.
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El concepto artĆstico de Voyager 2 con 9 hechos enumerados a
su alrededor. CrƩdito de la imagen: NASA
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La evidencia mĆ”s convincente de la salida de la Voyager 2 de la heliosfera provino de su Experimento de ciencia de plasma a bordo (PLS), un instrumento que dejĆ³ de funcionar en la Voyager 1 en 1980, mucho antes de que la sonda cruzara la heliopausa. Hasta hace poco, el espacio que rodeaba a la Voyager 2 estaba lleno predominantemente de plasma que salĆa de nuestro Sol. Esta salida, llamada viento solar, crea una burbuja, la heliosfera, que envuelve a los planetas de nuestro sistema solar. El PLS utiliza la corriente elĆ©ctrica del plasma para detectar la velocidad, densidad, temperatura, presiĆ³n y flujo del viento solar. El PLS a bordo del Voyager 2 observĆ³ un fuerte descenso en la velocidad de las partĆculas del viento solar el 5 de noviembre. Desde esa fecha, el instrumento de plasma no ha observado ningĆŗn flujo de viento solar en el ambiente alrededor del Voyager 2, lo que hace que los cientĆficos de la misiĆ³n confĆen en que la sonda haya DejĆ³ la heliosfera.
"Trabajar en Voyager me hace sentir como un explorador, porque todo lo que vemos es nuevo", dijo John Richardson, investigador principal del instrumento PLS y cientĆfico investigador principal del Instituto de TecnologĆa de Massachusetts en Cambridge. "Aunque la Voyager 1 cruzĆ³ la heliopausa en 2012, lo hizo en un lugar diferente y en un momento diferente, y sin los datos de PLS. AsĆ que seguimos viendo cosas que nadie ha visto antes".
AdemĆ”s de los datos de plasma, los miembros del equipo cientĆfico del Voyager han visto evidencia de otros tres instrumentos a bordo: el subsistema de rayos cĆ³smicos, el instrumento de partĆculas cargadas de baja energĆa y el magnetĆ³metro, que es consistente con la conclusiĆ³n de que el Voyager 2 ha cruzado la heliopausa. Los miembros del equipo de Voyager estĆ”n ansiosos por continuar estudiando los datos de estos otros instrumentos a bordo para obtener una imagen mĆ”s clara del entorno a travĆ©s del cual viaja Voyager 2.
"TodavĆa hay mucho que aprender sobre la regiĆ³n del espacio interestelar inmediatamente mĆ”s allĆ” de la heliopausa", dijo Ed Stone, cientĆfico del proyecto Voyager con base en Caltech en Pasadena, California.
Juntos, los dos Voyagers brindan una visiĆ³n detallada de cĆ³mo nuestra heliosfera interactĆŗa con el constante viento interestelar que fluye desde mĆ”s allĆ”. Sus observaciones complementan los datos del Explorador de lĆmites interestelares de la NASA (IBEX ), una misiĆ³n que estĆ” detectando de manera remota ese lĆmite. La NASA tambiĆ©n estĆ” preparando una misiĆ³n adicional, la prĆ³xima Interstellar Mapping and Acceleration Probe (IMAP), que se lanzarĆ” en 2024, para capitalizar las observaciones de los Voyagers.
"La Voyager tiene un lugar muy especial para nosotros en nuestra flota de heliofĆsicos", dijo Nicola Fox, directora de la DivisiĆ³n de HeliofĆsica en la sede de la NASA. "Nuestros estudios comienzan en el Sol y se extienden a todo lo que toca el viento solar. Hacer que los Voyagers envĆen informaciĆ³n sobre el borde de la influencia del Sol nos da una visiĆ³n sin precedentes de un territorio verdaderamente inexplorado".
La Voyager 2 de la NASA ingresa al espacio interestelar.
CrƩdito: NASA Jet Propulsion Laboratory
Mientras que las sondas han abandonado la heliosfera, Voyager 1 y Voyager 2 aĆŗn no han abandonado el sistema solar, y no se irĆ”n pronto. El lĆmite del sistema solar se considera que estĆ” mĆ”s allĆ” del borde exterior de la Nube de Oort, una colecciĆ³n de pequeƱos objetos que todavĆa estĆ”n bajo la influencia de la gravedad del Sol. El ancho de la Nube de Oort no se conoce con precisiĆ³n, pero se estima que comienza en unas 1.000 unidades astronĆ³micas (UA) desde el Sol y se extiende hasta unas 100.000 UA. Una UA es la distancia del Sol a la Tierra. El Voyager 2 tardarĆ” unos 300 aƱos en alcanzar el borde interior de la Nube de Oort y posiblemente 30.000 aƱos en volar mĆ”s allĆ”.
Las sondas Voyager se alimentan con calor de la descomposiciĆ³n del material radioactivo, contenido en un dispositivo llamado generador de radioisĆ³topos (RTG). La potencia de salida de los RTG disminuye en aproximadamente cuatro vatios por aƱo, lo que significa que varias partes de los Voyagers, incluidas las cĆ”maras de ambas naves espaciales, se han apagado con el tiempo para administrar la energĆa.
"Creo que todos estamos contentos y aliviados de que las sondas Voyager hayan operado el tiempo suficiente para superar este hito", dijo Suzanne Dodd, gerente del proyecto Voyager en el Laboratorio de PropulsiĆ³n a Chorro (JPL) de la NASA en Pasadena, California. "Esto es lo que todos hemos estado esperando. Ahora esperamos con ansias lo que podamos aprender al tener ambas sondas fuera de la heliopausa".
Voyager 2 se lanzĆ³ en 1977, 16 dĆas antes de Voyager 1, y ambos han viajado mucho mĆ”s allĆ” de sus destinos originales. Las naves espaciales fueron construidas para durar cinco aƱos y realizar estudios de primer plano de JĆŗpiter y Saturno. Sin embargo, a medida que la misiĆ³n continuaba, resultaron posibles los sobrevuelos adicionales de los dos planetas gigantes mĆ”s externos, Urano y Neptuno. A medida que la nave espacial volaba a travĆ©s del sistema solar, se utilizaba la reprogramaciĆ³n por control remoto para dotar a los Voyager con mayores capacidades que las que tenĆan cuando abandonaron la Tierra. Su misiĆ³n de dos planetas se convirtiĆ³ en una misiĆ³n de cuatro planetas. Sus cinco aƱos de vida Ćŗtil se han extendido a 41 aƱos, haciendo de la Voyager 2 la misiĆ³n mĆ”s larga de la NASA.
La historia de Voyager ha impactado no solo a generaciones de cientĆficos e ingenieros actuales y futuros, sino tambiĆ©n a la cultura de la Tierra, incluyendo cine, arte y mĆŗsica. Cada nave espacial lleva un Disco Dorado de sonidos, imĆ”genes y mensajes de la Tierra. Dado que la nave espacial podrĆa durar miles de millones de aƱos, estas cĆ”psulas de tiempo circular podrĆan ser algĆŗn dĆa las Ćŗnicas huellas de la civilizaciĆ³n humana.
Los controladores de la misiĆ³n del Voyager se comunican con las sondas utilizando la Deep Space Network (DSN) de la NASA, un sistema global para comunicarse con naves espaciales interplanetarias. El DSN consiste en tres grupos de antenas en Goldstone, California; Madrid, EspaƱa; y Canberra, Australia.
La MisiĆ³n Interestelar Voyager forma parte del Observatorio del Sistema HeliofĆsico de la NASA, patrocinado por la DivisiĆ³n de HeliofĆsica de la DirecciĆ³n de Misiones CientĆficas de la NASA en Washington. JPL construyĆ³ y opera la nave espacial gemela Voyager. El DSN de la NASA, administrado por JPL, es una red internacional de antenas que admite misiones interplanetarias de naves espaciales y observaciones de radio y astronomĆa por radar para la exploraciĆ³n del sistema solar y el universo. La red tambiĆ©n admite misiones seleccionadas en Ć³rbita terrestre. La OrganizaciĆ³n de InvestigaciĆ³n CientĆfica e Industrial de la Commonwealth, la agencia nacional de ciencia de Australia, opera tanto el Complejo de Comunicaciones para el Espacio Profundo de Canberra, parte de la DSN, y el Observatorio de Parkes, que la NASA ha estado utilizando para bajar los datos de la Voyager 2 desde el 8 de noviembre.
Para mĆ”s informaciĆ³n sobre la misiĆ³n Voyager, visite:
MĆ”s informaciĆ³n sobre las misiones HeliofĆsicas de la NASA estĆ” disponible en lĆnea en:
Fuente: NASA; JPL,
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