Descubierta una pareja de agujeros negros supermasivos camino de colisionar
Los astrónomos han visto un par distante de agujeros negros titÔnicos encaminados a una colisión.
La masa de cada agujero negro es mÔs de 800 millones de veces la de nuestro sol. A medida que los dos se acercan gradualmente en una espiral de muerte, comenzarÔn a enviar ondas gravitacionales a través del espacio-tiempo. Esas ondulaciones cósmicas se unirÔn al ruido de fondo aún no detectado de las ondas gravitacionales de otros agujeros negros supermasivos.
Incluso antes de la colisión prevista, las ondas gravitacionales que emanan del par de agujeros negros supermasivos harÔn que los detectados previamente de las fusiones de agujeros negros y estrellas de neutrones sean mucho mÔs pequeños.
"Los binarios supermasivos de agujeros negros producen las ondas gravitacionales mĆ”s fuertes del universo", dice la co-descubridora Chiara Mingarelli, investigadora cientĆfica asociada en el Centro de AstrofĆsica Computacional del Instituto Flatiron en la ciudad de Nueva York. Las ondas gravitacionales de pares de agujeros negros supermasivos "son un millón de veces mĆ”s fuertes que las detectadas por LIGO".
El estudio fue dirigido por Andy Goulding, un investigador asociado de la Universidad de Princeton. Goulding, Mingarelli y colaboradores de Princeton y el Laboratorio de Investigación Naval de los EE. UU. En Washington, D.C. e informan sobre el descubrimiento el 10 de julio en The Astrophysical Journal Letters.
Los dos agujeros negros supermasivos son especialmente interesantes porque estĆ”n a unos 2.500 millones de aƱos luz de la Tierra. Dado que mirar objetos distantes en astronomĆa es como mirar hacia atrĆ”s en el tiempo, el par pertenece a un universo 2.500 millones de aƱos mĆ”s joven que el nuestro. Casualmente, es aproximadamente la misma cantidad de tiempo que los astrónomos estiman que los agujeros negros tardarĆ”n en comenzar a producir poderosas ondas gravitacionales.
En el universo actual, los agujeros negros ya estĆ”n emitiendo estas ondas gravitacionales, pero incluso a la velocidad de la luz, las ondas no nos alcanzarĆ”n durante miles de millones de aƱos. El dĆŗo sigue siendo Ćŗtil, sin embargo. Su descubrimiento puede ayudar a los cientĆficos a estimar cuĆ”ntos agujeros negros supermasivos cercanos estĆ”n emitiendo ondas gravitacionales que podemos detectar en este momento.
Detectar el fondo de la onda gravitacional ayudarĆ” a resolver algunas de las incógnitas mĆ”s importantes de la astronomĆa, como la frecuencia con que las galaxias se fusionan y si los pares de agujeros negros supermasivos se fusionan o se atascan en un vals casi infinito uno alrededor del otro.
"Es una gran vergüenza para la astronomĆa que no sepamos si los agujeros negros supermasivos se fusionan", dice la coautora del estudio Jenny Greene, profesora de ciencias astrofĆsicas en Princeton. "Para todos en la fĆsica observacional de los agujeros negros, este es un rompecabezas de larga duración que debemos resolver".
Los agujeros negros supermasivos contienen millones o incluso miles de millones de moles en masa. Casi todas las galaxias, incluida la VĆa LĆ”ctea, contienen al menos uno de los gigantes en su nĆŗcleo. Cuando las galaxias se fusionan, sus agujeros negros supermasivos se encuentran y comienzan a orbitarse unos a otros. Con el tiempo, esta órbita se contrae a medida que el gas y las estrellas pasan entre los agujeros negros y roban energĆa.
Sin embargo, una vez que los agujeros negros supermasivos se acercan lo suficiente, este robo de energĆa casi se detiene. Algunos estudios teóricos sugieren que los agujeros negros se estancan a aproximadamente 1 parsec (aproximadamente 3,2 aƱos luz). Esta desaceleración dura casi indefinidamente y se conoce como el problema final de Parsec. En este escenario, solo grupos muy raros de tres o mĆ”s agujeros negros supermasivos resultan en fusiones.
Los astrónomos no pueden simplemente buscar parejas paralizadas porque mucho antes de que los agujeros negros estén separados por un parsec, estÔn demasiado cerca para distinguirlos como dos objetos separados. AdemÔs, no producen fuertes ondas gravitacionales hasta que superan el obstÔculo final de parsec y se acercan. (Observados tal como eran hace 2.500 millones de años, los nuevos agujeros negros supermasivos aparecen a unos 430 parsecs de separación).
Si el problema final de Parsec no existe, entonces los astrónomos esperan que el universo estĆ© lleno con el clamor de las ondas gravitacionales de los pares de agujeros negros supermasivos. "Este ruido se llama el fondo de la onda gravitacional, y es un poco como un coro caótico de grillos cantando en la noche", dice Goulding. "No se puede distinguir un grillo de otro, pero el volumen del ruido te ayuda a calcular cuĆ”ntos grillos hay por ahĆ". (Cuando dos agujeros negros supermasivos finalmente chocan y se combinan, envĆan un chirrido atronador que empequeƱece a todos los demĆ”s. Sin embargo, tal evento es breve y extraordinariamente raro, por lo que los cientĆficos no esperan detectar uno a corto plazo.)
Las ondas gravitacionales generadas por pares de agujeros negros supermasivos estÔn fuera de las frecuencias actualmente observables por experimentos como LIGO y Virgo. En su lugar, los cazadores de ondas gravitacionales se basan en matrices de estrellas especiales llamadas púlsares que actúan como metrónomos. Las estrellas que giran rÔpidamente emiten ondas de radio en un ritmo constante. Si una onda gravitacional que pasa se estira o comprime el espacio entre la Tierra y el púlsar, el ritmo se aleja ligeramente.
La detección del fondo de ondas gravitacionales mediante uno de estos arreglos de temporización de púlsares requiere paciencia y muchas estrellas monitoreadas. El ritmo de un solo púlsar se puede interrumpir solo en unos pocos cientos de nanosegundos durante una década. Cuanto mÔs alto sea el ruido de fondo, mayor serÔ la interrupción del tiempo y mÔs pronto se realizarÔ la primera detección.
Goulding, Greene y los otros astrónomos de observación en el equipo detectaron los dos titanes con el Telescopio Espacial Hubble. Aunque los agujeros negros supermasivos no son directamente visibles a travĆ©s de un telescopio óptico, estĆ”n rodeados por brillantes grupos de estrellas luminosas y gas caliente arrastrado por el poderoso tirón gravitacional. Para su Ć©poca en la historia, la galaxia que alberga al reciĆ©n descubierto par de agujeros negros supermasivos "es bĆ”sicamente la galaxia mĆ”s luminosa del universo", dice Goulding. Es mĆ”s, el nĆŗcleo de la galaxia estĆ” disparando dos columnas de gas inusualmente colosales. DespuĆ©s de que los investigadores apuntaron el Telescopio Espacial Hubble a la galaxia para descubrir los orĆgenes de sus espectaculares nubes de gas, descubrieron que el sistema no contenĆa uno sino dos agujeros negros masivos.
Luego, los observacionalistas se unieron a los fĆsicos de ondas gravitacionales Mingarelli y al estudiante graduado de Princeton Kris Pardo para interpretar el hallazgo en el contexto del fondo de ondas gravitacionales. El descubrimiento proporciona un punto de anclaje para estimar cuĆ”ntos pares de agujeros negros supermasivos estĆ”n dentro de la distancia de detección de la Tierra. Las estimaciones anteriores se basaban en modelos informĆ”ticos de la frecuencia con que las galaxias se combinan, en lugar de observaciones reales de pares de agujeros negros supermasivos.
Basados āāen los hallazgos, Pardo y Mingarelli predicen que en un escenario optimista hay cerca de 112 agujeros negros supermasivos cercanos que emiten ondas gravitacionales. Por lo tanto, la primera detección del fondo de ondas gravitacionales de los agujeros negros supermasivos deberĆa ocurrir dentro de los próximos cinco aƱos aproximadamente. Si no se hace tal detección, eso serĆa evidencia de que el problema final de Parsec puede ser insuperable. El equipo estĆ” actualmente mirando otras galaxias similares a la que alberga al reciĆ©n descubierto par de agujeros negros supermasivos. Encontrar parejas adicionales les ayudarĆ” a afinar sus predicciones.
Fuente: Simons Foundation,
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