Astrónomos encuentran posible primera evidencia de estrellas supermasivas en el origen de los cúmulos globulares
Un equipo de las universidades de Ginebra, París y Barcelona encontró pruebas sólidas de que las estrellas supermasivas pueden explicar las anomalías observadas en grandes cúmulos de estrellas.
Los cúmulos globulares
son los cúmulos estelares más masivos y antiguos del Universo. Pueden contener
hasta 1 millón de ellas. La composición química de estas estrellas, nacidas al
mismo tiempo, muestra anomalías que no se encuentran en ninguna otra población
de estrellas. Explicar esta especificidad es uno de los grandes retos de la
astronomía. Después de haber intuido que las estrellas supermasivas podrían
estar en sus origenes, un equipo de las Universidades de Ginebra y Barcelona y
el Institut d'Astrophysique de Paris (CNRS y la Universidad de la Sorbona) cree
haber descubierto el primer rastro químico que atestigua su presencia en proto-cúmulos
globulares, nacidos unos 440 millones de años después del Big Bang. Estos
resultados, obtenidos gracias a las observaciones del telescopio espacial
James-Webb, se leer en Astronomíay Astrofísica.
Los cúmulos globulares son
agrupaciones muy densas de estrellas distribuidas en una esfera, con un radio
que varía de una docena a cien años luz. Pueden contener hasta 1 millón de
estrellas y se encuentran en todo tipo de galaxias. El nuestro es el hogar de
unos 180 de ellos. Uno de sus grandes misterios es la composición de sus
estrellas: ¿por qué es tan variada? Por ejemplo, la proporción de oxígeno,
nitrógeno, sodio y aluminio varía de una estrella a otra. Sin embargo, todos
nacieron al mismo tiempo, dentro de la misma nube de gas. Los astrofísicos hablan
de “anomalías de abundancia”.
Monstruos con vidas muy cortas
Un equipo de las universidades de
Ginebra (UNIGE) y Barcelona, y el Institut d'Astrophysique de Paris (CNRS y
Sorbonne University) ha realizado un nuevo avance en la explicación de este
fenómeno. En 2018 había desarrollado un modelo teórico según el cual las
estrellas supermasivas habrían "contaminado" la nube de gas original
durante la formación de estos cúmulos, enriqueciendo sus estrellas con
elementos químicos de manera heterogénea. “Hoy, gracias a los datos recopilados
por el Telescopio Espacial James-Webb, creemos haber encontrado una primera
pista de la presencia de estas extraordinarias estrellas”, explica Corinne
Charbonnel, profesora titular del Departamento de Astronomía de la UNIGE.
Facultad de Ciencias, y primer autor del estudio.
Estos monstruos celestiales son
de 5.000 a 10.000 veces más masivos y cinco veces más calientes en su centro
(75 millones de °C) que el Sol. Pero probar su existencia es complejo. Los
cúmulos globulares tienen entre 10 y 13 mil millones de años, mientras que la
vida máxima de las superestrellas es de dos millones de años. Por lo tanto,
desaparecieron muy temprano de los cúmulos que actualmente son observables.
Solo quedan rastros indirectos”, explica Mark Gieles, profesor ICREA de la
Universidad de Barcelona y coautor del estudio.
Revelado por la luz
Gracias a la visión infrarroja
muy poderosa del telescopio James-Webb, los coautores pudieron respaldar su
hipótesis. El satélite captó la luz emitida por una de las galaxias más lejanas
y jóvenes conocidas hasta la fecha en nuestro Universo. Ubicado a unos 13.300
millones de años luz, GN-z11
tiene solo unas pocas decenas de millones de años. En astronomía, el análisis
del espectro de luz de los objetos cósmicos es un elemento clave para
determinar sus características. Aquí, la luz emitida por esta galaxia ha
proporcionado dos valiosas piezas de información.
“Se ha establecido que contiene
proporciones muy altas de nitrógeno y una densidad de estrellas muy alta”, dice
Daniel Schaerer, profesor asociado del Departamento de Astronomía de la
Facultad de Ciencias de la UNIGE y coautor del estudio. Esto sugiere que se
están formando varios cúmulos globulares en esta galaxia y que aún albergan una
estrella supermasiva activa. "La fuerte presencia de nitrógeno solo puede
explicarse por la combustión de hidrógeno a temperaturas extremadamente altas,
que solo el núcleo de las estrellas supermasivas puede alcanzar, como lo
muestran los modelos de Laura Ramírez-Galeano, estudiante de maestría en
nuestro equipo", explica Corinne Charbonnel.
Estos nuevos resultados
fortalecen el modelo del equipo internacional. El único actualmente capaz de
explicar las anomalías de abundancia en los cúmulos globulares. El próximo paso
para los científicos será probar la validez de este modelo en otros cúmulos
globulares que se forman en galaxias distantes, utilizando los datos de
James-Webb.
Fuente: Universidad de Ginebra.
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