Un equipo de astrónomos usando el VLT descubre restos de las primeras estrellas en nubes de gas distantes
Utilizando el Very Large Telescope (VLT) de ESO, un equipo de
investigadoras e investigadores ha detectado, por primera vez, las huellas
dejadas por la explosión de las primeras estrellas del universo. Han detectado
tres nubes de gas distantes cuya composición química coincide con lo que
esperamos de las primeras explosiones estelares. Estos hallazgos nos ayudan a
comprender un poco más acerca de la naturaleza de las primeras estrellas que se
formaron después del Big Bang.
"Por primera
vez, hemos podido identificar los rastros químicos de las explosiones de las
primeras estrellas en nubes de gas muy distantes", afirma
Andrea Saccardi, estudiante de doctorado en el Observatorio de París - PSL,
quien dirigió este estudio durante su tesis de master en la Universidad de
Florencia.
La comunidad investigadora cree que las primeras estrellas (o Estrellas dePoblación III) que se formaron en el universo eran muy diferentes a las que vemos hoy. Cuando aparecieron, hace 13.500 millones de años, contenían solo hidrógeno y helio, los elementos químicos más simples de la naturaleza [1]. Estas estrellas, que se cree que son decenas o cientos de veces más masivas que nuestro Sol, murieron rápidamente a través de potentes explosiones conocidas como supernovas, enriqueciendo por primera vez el gas circundante con elementos más pesados. Las generaciones posteriores de estrellas nacieron de ese gas enriquecido y, a su vez, expulsaron elementos más pesados a medida que también morían. Pero las primeras estrellas ya no están, entonces, ¿cómo pueden la comunidad científica saber más sobre ellas? "Las estrellas primordiales pueden estudiarse indirectamente detectando los elementos químicos que dispersaron en su entorno después de su muerte", dice Stefania Salvadori, profesora asociada de la Universidad de Florencia y coautora del estudio publicado hoy en la revista Astrophysical Journal.
Utilizando datos tomados con el VLT de ESO, en
Chile, el equipo encontró tres nubes de gas muy distantes, vistas cuando el
universo tenía solo el 10-15% de su edad actual, y con una huella química que
coincide con lo que esperamos de las explosiones de las primeras estrellas.
Dependiendo de la masa de estas primeras estrellas y de la energía de sus
explosiones, estas primeras supernovas liberaron diferentes elementos químicos
como carbono, oxígeno y magnesio, que están presentes en las capas externas de
las estrellas. Pero algunas de estas explosiones no fueron lo suficientemente
energéticas como para expulsar elementos más pesados como el hierro, que se
encuentra solo en los núcleos de las estrellas. Para buscar el signo revelador
de estas primeras estrellas que explotaron como supernovas de baja energía, el
equipo buscó nubes de gas distantes pobres en hierro, pero ricas en otros
elementos. Y encontraron precisamente eso, tres nubes lejanas en el universo
temprano con muy poco hierro pero mucho carbono y otros elementos: la huella
dactilar de las explosiones de las primeras estrellas.
Esta peculiar composición química también se ha
observado en muchas estrellas viejas de nuestra propia galaxia, que los
investigadores consideran estrellas de segunda generación que se formaron
directamente a partir de las "cenizas" de las primeras. Este nuevo
estudio ha encontrado estas cenizas en el universo temprano, agregando así una
pieza que faltaba en este rompecabezas. "Nuestro
descubrimiento abre nuevas vías para estudiar indirectamente la naturaleza de
las primeras estrellas, complementando del todo los estudios de estrellas en
nuestra galaxia", explica Salvadori.
Para detectar y estudiar estas nubes de gas
distantes, el equipo utilizó balizas de luz conocidas como cuásares, fuentes
muy brillantes alimentadas por agujeros negros supermasivos en los centros de
galaxias lejanas. A medida que la luz de un cuásar viaja a través del universo,
pasa a través de nubes de gas donde diferentes elementos químicos dejan una
huella en la luz.
Este diagrama ilustra cómo la comunidad astronómica puede analizar la
composición química de nubes distantes de gas utilizando como faro la luz
procedente de un objeto de fondo, en este caso un cuásar.
Cuando la luz del cuásar pasa a través de la nube de gas, los elementos
químicos presentes en ella absorben diferentes colores o longitudes de onda,
dejando líneas oscuras en el espectro del cuásar. Cada elemento deja un
conjunto diferente de líneas, por lo que, al estudiar el espectro, la comunidad
astronómica puede calcular la composición química de la nube de gas intermedia. Crédito: ESO/L. Calçada |
Para encontrar estas huellas químicas, el equipo analizó datos sobre varios cuásares observados con el instrumento X-shooter en el VLT de ESO. X-shooter divide la luz en una gama extremadamente amplia de longitudes de onda o colores, lo que lo convierte en un instrumento único con el que identificar muchos elementos químicos diferentes en estas nubes distantes.
Este estudio abre nuevas ventanas para telescopios e
instrumentos de próxima generación, como el próximo Extremely Large Telescope (ELT)
de ESO y su espectrógrafo Echelle de alta resolución ANDES (ArmazoNes
high Dispersion Echelle Spectrograph). "Con
ANDES en el ELT podremos estudiar muchas de estas raras nubes de gas con mayor
detalle, y finalmente podremos descubrir la misteriosa naturaleza de las
primeras estrellas", concluye Valentina D'Odorico,
investigadora del Instituto Nacional de Astrofísica de Italia y coautora del
estudio.
Notas
[1] Minutos después del Big Bang los únicos
elementos presentes en el Universo eran los tres más ligeros: hidrógeno, helio
y trazas muy pequeñas de litio. Los elementos más pesados se formaron mucho más
tarde en las estrellas.
Mas informacion: Evidencia del primer gas enriquecido en estrellas en
absorbentes de alto corrimiento al rojo, The Astrophysical Journal (2023). DOI:
10.3847/1538-4357/acc39f
Fuente: ESO
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